En la niñez se vive acompañado de seres que habitan las nubes, los troncos rugosos, la tapia vieja al lado de la escuela... Con los años perdemos la capacidad de verlos, de soñar con sus historias. En estas páginas intento volver a divertirme imaginando con los que aún habitan en los desconchones de la memoria.
miércoles, 17 de diciembre de 2008
LAS MANZANAS ROJAS
Blanquecina luz de un paisaje
pintado en la memoria.
Entre los almendros en flor del valle,
el rumor de los arroyos,
las canciones campesinas,
la danza lineal de las nubes
detenida por un instante
para contemplar tu dicha
enredada entre las ramas.
Donde habita la luz,
en el cielo convexo,
se alzan en madurez abierta
las sombras cansadas, rendidas,
hastiadas de la concavidad
que tejen calendarios, mapas,
horas, citas, silencios
rodeados de pasos y ángulos.
Blanquecina luz de un paisaje
pintado en la memoria.
Entre los almendros en flor del valle
la sombra alargada de la tarde
recoge sobre su mano violeta
copos de sombras caídas.
Por el sendero que amansa
junto a mi ventana
escucho lozanas risas
acunando a un viejo romance.
En el cesto estallan las manzanas rojas.
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