Pisadas de niños cruzando la plaza.
Sombras chinescas
alzan un vuelo de palomas asustadas.
La taza de la fuente desborda ternura.
Sombras chinescas
trazan en la pared de la memoria
la mano del padre
acariciando aquel pelo enredado.
El beso de lo perdido jugando en la tarde.
Sombras chinescas
alejando dos siluetas…
- ¡Vamos!, mañana hay colegio.
Sombras chinescas,
mis brazos caídos
y solo luz,
blanca, amarga luz, sin tu sombra.
4 comentarios:
Me gustó tu poema Juan. Parece mentira que aún encuentres inspiración a estas alturas de curso. Es lo que tienen los buenos poetas; son más creativos cuando peor es la situación.
Hermosas sombras chinescas. Tu poema es como una fotografía de esas que nos dejan extasiada la memoria. Me quedo entre ellas y leo.
Besos.
Gracias María.
Papá y su gran sombra sobre tí...Tómala siempre como el frescor que alivia en el camino de la vida.¡Cuántas reminicescias de los grandes vates, hechos versos nuevos con tu pluma!. Un beso.
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