jueves, 23 de julio de 2009

JUNTO A LOS VENCEJOS

( Desde mi tiempo y mi ciudad, he visto la fotografía en sepia
de un niño en brazos de su madre, no puede ser otra,
llegando a un lugar llamado Auschwitz.)


Peso quebrado
Sobre la vertical del beso

Risa, futuro,
Aliento, armonía,
Decorosamente
Expuestos en el escaparate
Largo, ancho,
Sin cristal y mil reflejos:
Tu rostro; mis manos;
Su mueca; la soledad del otro
Y cuatro vencejos vencedores
En vuelo
De la tarde.

Tarde que acompaña
En su muerte,
Diluida en noche,
Al paso puntual del tranvía
Con su carga de vidas
Calle abajo,
Nunca calle arriba.

( Reflejo fugaz el del tranvía)

En la bisectriz de amargura
Entre las líneas de fuga de los raíles
Quedó la voz en sepia
La que nos habla del desgarro
No vivido, pero si sentido
En las cavernas de la memoria.

Peso quebrado
Sobre la vertical del beso.

Mi nariz contra
el escaparate,
Retorcida contra
su propio reflejo
Y mi rabia y mi lágrima
Como un reflejo más….
Cayendo.

Peso quebrado
Sobre la vertical del beso.
¡Vuela!
¡Vete al alero más alto,
Junto a los vencejos!

Juan Delgado Martín-Prat

miércoles, 1 de julio de 2009

DESPIERTA: ES LA HORA


Despierta: es la hora.
El susurro de los astros
rozando sus estelas ha cesado.

Mira todo
puesto boca abajo.
Caracoles recorriendo
las menudas distancias,
de la cómoda a la puerta,
de la puerta a la cama,
de la cama al jarron caído,
del jarrón caído a la desesperanza...
entre hojas intactas
van baboseando tus entrañas.

Los hilachos de vida
destejidos en el tiempo blando,
cuando derretíamos,
en las mañanas con escarcha,
los guijarros del arroyo
con el calor de nuestras manos,
al soplo azul giran mecidos
entre los rayos de luz que cincela
la persiana medio echada.

Despierta: es la hora.
El aire se llena de lágrimas
mientras que un ángel moribundo
recostado en el diván
canturrea una última canción.