martes, 25 de agosto de 2009

Los Sabios



Vienen por el camino, flotando
sobre el polvo,
las adustas barbas de los Sabios.

El mundo guardado en sus frentes.
El secreto de la luz
dormido en sus miradas bajas.
En el monte los lobos aúllan
con las fauces anchas y los rabos bajos.
En el pueblo los muchachos jalean

risueños los bombines de los Sabios
reflejados en el ocre de la tarde.
El tiempo cambia.
Plomo en las nubes y llueve.

Se van, flotando, por el camino
sin pisar el fango, ladera arriba.

Todo queda evaporándose
en silencio, salvo la lluvia
sobre los tejados de cinc y el eco lejano

de los Sabios que de forma machacona

reverbera, cada vez más débil:
---“Evidente, Cierto; Evidente; Claro, Claro…."---
Y la noche.

sábado, 1 de agosto de 2009

JARDÍN PERDIDO

Cuenta la locura del acento
impuesto entre los nardos
como los insectos se interponen al beso.

Fresca voz: encuentro brotando
por los finos tallos de la melancolía.

Tersa piel: galaxia reducida
a dos cuerpos inermes que se distancian
sobre hojas sin nervadura, deshabitadas,
balanceándose en la soledad del vértigo.

Profundos ojos: humedad
del jardín p
erdido
con líquenes, verdinas,
sumideros de esperanzas rotas,
piedras que echaron raíces
y ni la fuerte mano del deseo
puede ya despegar de la tierra.