martes, 24 de mayo de 2011

Ángel de alas plegadas



Destilan las nubes un amargo sabor a pomelo.
Los pies se apresuran, agitan sus huecos como pompas ascendentes
para acabar resbalando por la fina tensión entre el jabón y el aire.

No es aconsejable visitar los sueños.
Casi siempre se regresa con algún hueso quebrado
o un recuerdo aparecido.

No se sabe que es peor.
Mejor planta buganvillas o flores de pasión 
o rios azules o arboledas rojizas.

Qué sereno es el mar ; Qué fría la noche de unos ojos;
Qué dulce el rostro de un ángel dormido.

Busca la llave, es hora de regresar a la nube,
detrás de la nube.
Él sabrá su camino,
solo tiene que abrir un ala
y dibujarse un universo de luz pesada.

Qué cansina la luz; Qué alegre la voz de la fuente;
Qué sentimiento el que guarda un ángel
acunado entre sus alas plegadas.

Espero que guardes el secreto de su sueño
con amargo sabor a pomelo.

Juan Delgado martín-Prat
Mayo 2011