sábado, 13 de julio de 2013

Ruina de las copas blancas

   


       Arrastrar los pies por la orilla
del único universo, balbuceante,
torpe, enredado en sus propias estelas
 y espirales en equilibrio perdido
 por la prisa de ser una risa instantánea
 en la mesa del más humilde
 y ridículo café del recuerdo,
 te hace sangrar las plantas.


     Aparta, que me tumbo en la nada
y caigo rodando por azules oscuros,
Dame una voz última para llevarme tu eco.


      Ruina de las copas blancas,
bosques de soles apagados,
me entretiene contar los rumbos sin barcas,
sin sal, sin espumas
y verme como una hoja caída
en la galaxia más alta.


    Volveré a ti
por un agujero negro para grabar
tu aliento cálido sobre mi pecho de musgo.


    Quiero reunir estrellas en mi cubo.
Quiero levantar torres de firmamentos.
Quiero tornar la caída en vuelo
y retomar en mi mano
la taza que nunca debió caer.


     Ven, que me tumbo en tu abrazo.


                                                 Juan Delgado Martín-Prat