viernes, 13 de septiembre de 2013

Como pavesas




Del amor quedaron los restos
dando vueltas como pavesas
acariciando los perfiles oxidados de la ausencia,
lamiendo las esperas al borde del camino,
las miradas bajas y sin fuego ni brillo
de fuego en las pupilas.

Mirando la hora en las muñecas
las manos de metal sonreían satisfechas:
nuestras espaldas danzando
en las profundidades violetas,
dueñas cada una de sus vértebras, 
peces oscuros que crujen
mal engarzados en la soledad de sal.

Reflejos de humo el estremecimiento

ancho de la entrega;
ecos de huecos las tardes llenas
de palabras y silencios,
de desánimos y alientos.

El sol ya no calienta como antes,

no estremece la piel de los hombros
ni anima a marchar firme a la vida
del día a día, a la sencilla,
a la que no cuenta en los discursos
rimbombantes, sublimes, de las ranas.

Del amor quedaron los restos
dando vueltas como pavesas
acariciando los perfiles oxidados de la ausencia.


Juan Delgado Martín-Prat

sábado, 13 de julio de 2013

Ruina de las copas blancas

   


       Arrastrar los pies por la orilla
del único universo, balbuceante,
torpe, enredado en sus propias estelas
 y espirales en equilibrio perdido
 por la prisa de ser una risa instantánea
 en la mesa del más humilde
 y ridículo café del recuerdo,
 te hace sangrar las plantas.


     Aparta, que me tumbo en la nada
y caigo rodando por azules oscuros,
Dame una voz última para llevarme tu eco.


      Ruina de las copas blancas,
bosques de soles apagados,
me entretiene contar los rumbos sin barcas,
sin sal, sin espumas
y verme como una hoja caída
en la galaxia más alta.


    Volveré a ti
por un agujero negro para grabar
tu aliento cálido sobre mi pecho de musgo.


    Quiero reunir estrellas en mi cubo.
Quiero levantar torres de firmamentos.
Quiero tornar la caída en vuelo
y retomar en mi mano
la taza que nunca debió caer.


     Ven, que me tumbo en tu abrazo.


                                                 Juan Delgado Martín-Prat